La Oración, misterio profundo de la espiritualidad, en el cual se invocan a personas que se entregaron a divulgar el evangelio desinteresadamente, como fue el caso de San Martín Caballero a quien puedes pedir para prosperar el negocio, y muchas cosas más ¡claro está!
Andamos por sendas perdidas, tiempos oscuros en que las personas no saben a qué atenerse; mala época en la que se ha querido poner en entredicho el poder de la comunicación con Dios y sus intermediarios.
San Martín Caballero fue un soldado que de pronto tropieza con una decisión difícil: servir a un ejército humano llamado a luchar y destruir vidas, o a Dios para la salvación eterna de los hombres.
TABLA DE CONTENIDO
Quién fue San Martín Caballero
San Martín Caballero nació en el año 316 del siglo IV en la región de Hungría, su familia era pagana, y su padre oficial del ejército romano.
Desde pequeño fue trasladado a Italia donde estudió, pero a la edad de 15 años tuvo que prestar sus servicios como caballero de la guardia imperial romana.
Se cuenta que como soldado, un día vio a un mendigo y luego de realizar un acto de bondad con éste, su vida cambió para siempre.
Se convirtió cristianismo y vivía como un monje, por lo que a los 23 años rehusó a seguir sirviendo en el ejército ya que se consideraba un soldado de Cristo y no consideraba de bien luchar en una organización como el ejército.
Historia de San Martín Caballero
La leyenda cuenta que en el año 337, se presentó un invierno demasiado frío en el pueblo de Amiens (Francia), y Martín, que servía como soldado del ejército romano, se encontró con un mendigo que temblaba de frío. Pensó en compadecerse de aquella persona dándole un pedazo de su capa, concretamente la mitad suya, pues la otra pertenecía al Ejército, por lo que con su espada cortó el pedazo de tela y se la cedió inmediatamente.
Según cuenta la historia esa noche se le apareció Jesucristo en sueños y le dijo: “Martín, hoy me cubriste con tu capa”
Desde entonces el joven decidió llevar una vida piadosa y pidió de baja en el regimiento militar pero sus superiores se la denegaron debido a que era uno más entre los combatientes.
No cegó en su decisión y cuando a los romanos les tocó enfrentar a los pueblos Bárbaros que los asediaban, pidió que le dejaran ir en la primera línea de batalla. No se sabe cómo fue que los invasores desistieron de acometer a Roma: tal vez por su ejército numeroso o porque se enteraron de que acudirían a la lucha ayudados por fuerzas celestiales.
Entonces, el emperador permitió que Martín dejara la vida militar para dedicarse a la de predicador del evangelio.
En cuanto dejó la guardia se convirtió en militante de Cristo. Recorrió toda su zona para evangelizar ayudar a los necesitados, hasta que con el tiempo la gente lo consideró un Santo; especialmente protector de los mendigos, de los soldados, comerciantes, tejedores, y fabricantes textiles.
De quién es Patrono San Martín de Caballero
De mendigos
Por haber ayudado al hombre que moría de frío y que no era otro que el propio Cristo. Ahora la Iglesia se haya ante el reto de denunciar las desigualdades sociales que llevan a la mendicidad, para que no tengan que aparecer tantos Martín a repartir pedazos de capas.
De los soldados
Porque sirvió como tal en el ejército de Roma y encabezó la lucha contra los Bárbaros, que desistieron del ataque. De modo que las personas que sirven en los ejércitos suelen encomendarse a San Martín en todo momento, y más aún en los difíciles de la vida militar.
De los comerciantes y fabricantes textiles
Por la mitad de la capa que le cedió al necesitado. Es así que, las personas dedicadas a los negocios de compra-venta se encomiendan al Santo para atraer la protección, la fortuna y la prosperidad comercial.
Importancia de San Martín Caballero para la Iglesia Católica
San Martín Caballero es una figura venerable y celebrada por la Iglesia Católica así como en otras confesiones no católicas desde hace muchos siglos, pues se le considera el Patrono del trabajo y las nuevas oportunidades.
Por tanto, no es extraño observar que su imagen se coloque a la entrada de diversos establecimientos comerciales con la finalidad de venerarle y pedirle su protección espiritual de manera que esos negocios prosperen.
Otros tantos fieles lo invocan para solicitarle dones o sentimientos nobles y virtudes de caridad. En tal caso, se mencionan testimonios de haber recibido todo tipo de milagros del Divino San Martín Caballero.
También la tradición se refiere a que fue un hombre dotado de virtudes tales como la nobleza, generosidad, serenidad y bondad hacia los demás.
Es así que, se le ofrecen diversas plegarias para que fluya la abundancia de empleo, de clientes en los negocios, buena suerte, hallar trabajo y ascensos, así como para mantener un corazón lleno de amor y caridad.
Oraciones a San Martín Caballero
Son innumerables las invocaciones que se pueden componer para San Martín Caballero. Aquí solo esbozaremos algunas, que pueden ampliarse, mejorarse, adaptarse, según la personalidad e intenciones de cada quien.
Para fortuna del negocio
Algunas personas realizan estas invocaciones en lugar apartado dentro del propio comercio, en momentos en los que no esté funcionando.
¡Excelso San Martín Caballero! santo lleno de caridad y profunda bondad hacia los demás, te pido que bendigas todas las acciones de mi negocio para que sea de mucha productividad y fértil en nuestra comunidad.
Que sea la fortuna mi dádiva para honra y gloria tuya y la de Nuestro Señor Jesucristo.
A ti que con tu magnánimo poder esparciste la maldad y el crimen que se urdía alrededor de Roma, y devolviste la paz a todos; pongo en tus manos nuestros pasos, nuestro destino y planes de progreso.
Así pues, estimado Venerable, espero me concedas esta petición. Amén.
Para el dinero y el trabajo
Cuando se pide dinero, hay que aclarar que con ello no se está contraviniendo los reproches expresos que efectuó Jesús contra los ricos, sino más bien que se está solicitando lo necesario para vivir sin ostentaciones.
Guiado por nuestro Señor y Dios Todopoderoso, Divino San Martín Caballero, extrae las influencias de poco provecho de nuestro hogar para que venga la suerte, el empleo y el dinero.
¡Oh, bondadoso sacerdote de la Misericordia, asignado por Dios y su hijo Cristo para servir a la Palabra y a los necesitados, que tu voz resuene en el pozo profundo en que me hallo y tus manos se posen sobre la capa que cubrió al mendigo, al pordiosero, y te permita auxiliar mis necesidades para que me concedas el alivio que tanto espero en estos momentos difíciles en que mis enemigos de mala fe me rodean.
Aleja el mal, la aflicción, la angustia de mi corazón y de mi familia, para que podamos seguir el itinerario que nos marcó nuestro señor de llevar la fe y el evangelio a todo rincón, a toda alma.
Te honro, y te llevo en mi memoria por tus virtudes cristianas propagadas desde tu santo sacerdocio. Te pedimos que abras nuestros caminos al trabajo, al dinero que no tiene como fin la ostentación sino la satisfacción de nuestras necesidades y la ayuda a los demás.
Insigne San Martín, líbranos de todo enemigo y maldad, en nombre de nuestro Señor. Amén.
Es recomendable en este caso, incrementar la efectividad de la plegaria colocando un cuadro o figura de San Martín Caballero cerca de ti.
Conclusión
Como vimos, nunca se sabe de dónde ni cuándo surgirá la transformación espiritual de un individuo; a veces surge de acontecimientos inéditos en los que el ser humano se ve envuelto sin proponérselo: una situación de vida o muerte, un sueño, un encuentro imprevisto con alguien, un milagro, u otro hecho parecido, ¡nunca se sabe de dónde nos saldrá el Señor a nuestro encuentro!
En el caso de Martín Caballero, fue a través de un suceso con un mendigo que despertó su conciencia religiosa, su conciencia moral, y lo llevó a tomar una decisión osada, imprevista: tener que cortar su capa para regalarle la mitad al pordiosero que moría de frío. Todo lo que hagáis por éste, también lo habéis hecho por mí, nos vino a decir Jesús.
Martín hizo eso: dio algo que otro necesitaba. Entonces, no despreciemos al hombre tirado en la acera, molido por las vicisitudes del mundo, por el olvido del ser, el egoísmo y la indiferencia de una época que no es fría ni caliente.
Porque no son ni fríos ni calientes los vomitaré de mi boca, advirtió Dios. El propio Jesús también dijo que cuando lo llamen el día del Juicio Final, a esos indiferentes él también les responderá nunca os he conocido.
Dicho todo lo anterior te recordamos hacer el bien sin mirar a quien, y te invitamos a seguir en nuestra web para buscar muchos más temas de tú interés.