Son casi innumerables los Santos con los cuales contamos en la Iglesia para nuestra protección, cada uno con sus atribuciones o poderes; por ejemplo, cuando las personas de a tu alrededor son problemáticas, acude a realizar una Oración a San Benito para alejar malos vecinos de tu local.
San Benito es el Santo de Europa, venerado por cientos de fieles e invocado por todos los que tratan de librarse del mal, incluyendo al de los vecinos incómodos que no tienen respeto con los demás.
Por supuesto, contra ellos está primero la Ley, y después San Benito. En este artículo nos ubicamos en lo segundo, en lo espiritual y en las fuerzas celestiales que pueden intervenir sin que juegue la violencia.
TABLA DE CONTENIDO
Quién fue San Benito
San Benito nació en Nursia (Perugia), un municipio italiano, alrededor del año 480 después de Cristo.
Procedía de una familia noble que lo envió a Roma para que recibiera una óptima formación, pero la decadencia del imperio romano le produjo una intensa crisis de valores, por lo que abandonó la ciudad para internarse en la soledad de una cueva y luego se dirigió a Montecasino a 130 kilómetros de Roma en la cual construyó su primera abadía, de entre unas ruinas de una antigua acrópolis pagana.
El Papa San Gregorio Magno le adjudicó el apelativo de astro luminoso, en una época tan degradada por el comportamiento generalizado.
Es considerado el Santo Patrono de Europa y fundador de la Orden Benedictina. Cada 11 de julio el santoral católico celebra en todo el mundo dicho Santo.
Asimismo, se le atribuyen varios milagros, el más notable es la escritura de una normativa para sus monjes, conocida luego como la «Santa Regla», del 530 después de Cristo, que es un manual en forma de código de oración para la vida monacal. Allí, el benedictino exhorta a sus clérigos a que agucen el oído del corazón y a no desesperar jamás de la misericordia de Dios.
La ociosidad, (según se explica en la Regla) es enemiga del alma; por eso han de ocuparse los hermanos a unas horas en el trabajo manual, y a otras, en la lectura divina. Es decir, orar y laborar.
El servicio de noticias del Vaticano, consideró a San Benito como un hombre de luz que devolvió la esperanza a pobres y peregrinos y marcó el destino espiritual de Europa.
Qué se le pide a San Benito
A San Benito se le piden mediante diversas rogativas: protección contra las malas lenguas, el mal de ojo, las malas personas, la envidia, malos vecinos, entre otros.
También se le pide por el progreso de la santa Iglesia Católica.
Los devotos consideraron que pedirle al Señor para remediar nuestras necesidades espirituales y corporales es fundamental.
Historia de San Benito
Pues ya sabes dónde y cuándo nació: Nursia, año 480 después de Cristo.
Era mellizo con una niña, la cual también era religiosa.
Cuando lo enviaron a Roma, acompañado de su nodriza, era con la intención de que se formara académicamente, sin embargo, no le agradó el clima pagano, la relajación de los buenos comportamientos, la falta de conciencia moral cristiana, determinadas herejías, guerras y desorden que vio en la ciudad.
Poco tiempo pasó para que abandonara Roma y se fuera al poblado de Effide, en las montañas, a 30 millas de la capital.
Allí (en Effide) descubrió que no bastaba con aislarse sino que debía promover el Evangelio de Jesucristo, después de haberse dado cuenta de que pudo restaurar milagrosamente una criba que su nodriza había pedido prestada, pero que rompió por accidente.
Entonces Benito partió de nuevo, esta vez solo, hacia un pueblo llamado Subiaco y se encontró a un monje llamado Romano, al cual le comunicó su intención de acogerse a la vida eremítica.
Este monje residía en un monasterio a corta distancia de allí y entonces con esmero ayudó al joven Benito, vistiéndolo con un hábito de piel, para luego conducirlo hacia la cueva de una montaña.
En ese desolado hueco, pasó los siguientes tres años de su vida, ignorado por todos, menos por Romano, quien guardó el secreto y diariamente le llevaba alimento.
Cerca del sitio también vivía en aquel tiempo una comunidad de monjes, cuyo abad había muerto y por lo tanto decidieron pedir a Benito que tomara su lugar. Al principio se rehusó, pero los religiosos le importunaron tanto, que acabó por ceder y hacerse cargo del gobierno de dicho convento.
Benito y los monjes del monasterio no lograron entenderse y entonces se marchó a Subiaco (al pueblo) a predicar de manera pública, de modo que atrajo a muchos discípulos y padres que traían a sus muchachos para ser educados en la vida piadosa.
Se desconoce qué tiempo estuvo en dicha ciudad, de la cual marchó a MonteCassino, donde destruyó un templo que se había erigido a un dios pagano y sobre sus ruinas construyó un monasterio. Probablemente en este tiempo fue que escribió sus reglas monásticas.
El venerable Benito, sabiéndose ya pronto a morir, lo notificó a sus discípulos y seis días antes les pidió que abrieran un hoyo para su tumba. Se preparó a recibir la Santa Comunión, ayudado por sus pupilos, y con los brazos al cielo exhaló su espíritu en oración. Fue sepultado al lado de su hermana gemela Santa Escolástica.
En 1964 el Papa Pablo VI promulgó a San Benito como patrono de Europa.
Oraciones a San Benito
Esta plegaria puedes formularla cuando necesites protección contra cualquier mal o hacerle una petición difícil.
Para alejar malos vecinos
¡Oh, venerable san Benito! santo de mi fe, que te dedicaste a realizar diversos prodigios antes de irte a la presencia de Dios.
Acudo a tu benevolencia en este día para que intervengas en la corrección de un grupo de personas que se apartaron del buen comportamiento y la buena vecindad.
Vecinos entregados a la malevolencia, generadores de mal vivir, sin consideración ni miramientos para romper las relaciones de ayuda y solidaridad comunal.
Cambia sus corazones o aléjalos de nuestra presencia para evitar la pena de tener que soportarlos durante toda nuestra vida.
Sé bien que debemos ser tolerantes con nuestro prójimo, pero estas personas hasta ahora no han entendido de razones, ni de colaboración en comunidad, por ello acudo a ti para que pongas tierra de por medio.
Santo que estás cerca de Cristo, intercede en pro de nuestra tranquilidad y la del vecindario que también siente la insolencia de este grupo de personas sin Patria, Dios ni fronteras. Amén.
Invoque tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias, después de dicha plegaria, durante tres días consecutivos.
Para pedir su Intercesión
Venerable y Santísimo confesor del Señor, Padre y educador de los monjes, te pido intercedas por nuestra seguridad, salud del alma, del cuerpo y la mente.
Desmonta de nuestra vida y nuestro hogar toda emboscada o sorpresa del malo.
Quiebra toda cadena funesta de hechicería, maledicencia, y fechoría.
Solicita al Señor Cristo por la provisión de nuestras necesidades espirituales y corporales, por el progreso de nuestra Asamblea cristiana, y para que las almas no mueran de pecado mortal.
Te brindamos nuestras alabanzas, honor y gloria por nuestro Señor. Amén.
Acompaña este rezo con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias, y ten un cuadro o imagen de san Benito a la vista.
Para abrir caminos
Venerable y excelso San Benito, grandiosos protector de la Palabra, pido que intervengas en mi auxilio
¡Ayúdame!
Abre el camino del bien en medio de toda broza de maldad, de toda hierba que cierra el paso de los pies que van prestos hacia el Señor, te invoco por auxilio.
¡Ayúdame!
Invoco con fe en nombre de Cristo a ti, sapiente San Benito, para que corras a mi ayuda con tu poder celestial, con tu fuerza milagrosa, te lo ruego.
¡Ayúdame!
Toda sombra de dificultad que se deshaga ante tu mirada, y la ruta se abra para que en mí se logre (mencionar la solicitud).
¡Ayúdame!
Hombre de Dios y de bondad, aboga por mis dificultades, para al fin se desvanezcan.
¡Ayúdame!
Que así sea, Amén.
Esta es una de las mejores oraciones para solicitar ayuda a San Benito Abad, en momentos de problemas complejos para que nos brinde una solución pronto.
Contra males y envidias
¡Oh, Gloria a ti san Benito!, fiel y ejemplar abad, aleja de mí todo mal derivado del odio, la maldad y la envidia que abriga en el corazón de ciertas personas para esparcir toda influencia negativa a su alrededor. Libérame tanto de los peligros del espíritu como los del cuerpo.
Intercede por mí para aliviar todo sufrimiento y dificultad que me rodee por las acciones humanas o la maniobra de la malicia que reina en este mundo por los que tienen y ostentan, pero también dirigida contra personas que no quieren sumarse a la vida licenciosa de este mundo o a la complicidad de los negocios que traman los hombre apartados de Dios.
Te pido, Santísimo Benito, que me libres de las fatídicas herejías, trabajos de magia negra, conjuros y hechicerías que se elaboran en la oscuridad que merodea el maligno; pon barreras entre ellos y yo para que se alejen los violentos, mentirosos, envidiosos, malos vecinos, egoístas y traidores; crea un escudo contra la ira, el odio, los celos y el rencor, las malas lenguas, los enredos y difamaciones de las que se sirven todos los que están apartados de la luz de Dios.
No dejes que me ataquen de algún modo y desvía sus gestos o ademanes de maldad de mis alrededores para que vuelva la esperanza y la fe en el Señor.
Te lo suplico. Amén.
La misma indicación de rezar tres Credos, tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias durante tres días seguidos).
La medalla de San Benito
De acuerdo con la Abadía de San Benito de la ciudad de Luján, la medalla presenta por un lado la imagen del Santo Patriarca, y por el otro una cruz, a cuyo alrededor se ven las letras iniciales de una oración o exorcismo.
San Benito la recomendaba a sus discípulos para ahuyentar al demonio y hacer el bien. La plegaria encierra una invocación a la Santa Cruz y una expresión de rechazo a Satanás.
La medalla fue originalmente una cruz dedicada al Santo, y los fieles la usaban para demostrar su devoción por Él, aparte de proteger a quien la llevaba consigo.
Actualmente, a un lado de la medalla se ve una imagen del Santo sujetando una cruz con la mano derecha, y en la otra lleva un libro (la Santa Regla de los Monjes). Además, aparece la imagen de una copa y un cuervo, y las palabras (originalmente iniciales C.S.P.B en latín) significando Cruz del Santo Padre Benito.
Se trata de una de las distinciones más antiguas que se conocen de la cristiandad, y de tan alto significado espiritual para los cristianos.
La medalla se podía utilizar de varios modos: colgada al cuello, en un rosario o adornando el centro de una cruz.
Por ahora hemos terminado, si deseas conocer mucho más de la vida cristiana, los santos, la Iglesia y las oraciones, puedes seguir en nuestra web.
