Hoy hablaremos sobre Los Frutos del Espíritu Santo, el cual es un tema bastante espiritual y religioso. Razón por la cual podría ser materia fácil para producir confusiones, malos entendidos, comentarios adversos y diferencias de opiniones.
Para contrarrestar la desinformación referente a este tema en particular, desglosaremos toda la información y contenido relacionado con Los Frutos del Espíritu Santo, buscando dilucidar las dudas.
Sigue con nosotros y a continuación te mostraremos todo sobre este tema de interés.
TABLA DE CONTENIDO
Los Frutos del Espíritu Santo
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
De esta forma, todo buen árbol da buenos frutos, sin embargo el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol ofrecer malos frutos, ni el árbol malo ofrecer frutos buenos.
Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. De esta forma que, por sus frutos los conoceréis.
Jesucristo señaló que los individuos son un tipo de árbol que ofrecen fruto y por sus frutos, se conocería el origen de cada cual.
Ya que un árbol bueno, da buenos frutos y un árbol malo crea malos frutos.
Los cristianos son transformados en árboles de justicia mediante Jesucristo; por consiguiente, poseemos la función de generar frutos simpáticos a Dios.
La Biblia muestra que los frutos del espíritu son producto de crucificar al viejo hombre y vivir en el Espíritu.
Deleitarse en el término de Dios, meditando de día y de noche en ella.
Todo fruto es producto de una siembra, en donde se laboró la tierra, arándola con bueyes, limpiándola y abonándola.
Después se alimentó, regó y cuidó para que produjera fruto agradable de dicha misma forma, se debería dejar que Dios trabaje nuestra tierra.
O sea el alma para ser limpia de toda suciedad, sea alimentada, que logre tomar del agua del vocablo y vivir en el fluir del Espíritu Santo.
Los frutos del Espíritu son producto de la integración con el Espíritu Santo, el tenerlo presente, siguiendo su guía, obedeciéndole, permitiendo llevar la Imagen de Jesucristo en nuestras vidas.
Amor
El primero es el “Amor”, el término amor en este escrito es la traducción del vocablo griega Ágape el cual pertenece a los tipos de amor en la biblia y que paralelamente significa afecto o indulgencia; especialmente (plural) festín de amor:
De acuerdo con el diccionario bíblico Strong y hablamos de una reacción sincera que busca la paz del prójimo por arriba de los intereses individuales.
El término Ágape a diferencia de otras que además son traducidas como amor en español es un atributo comunicable de Dios.
Por consiguiente es una característica que nos hace en esencia competidores de la naturaleza divina, o sea hijos de Dios, es de este amor divino que derivan todos los otros frutos.
Alegría
Después la Biblia habla del “Gozo”, que más que un sentimiento denota una reacción de confianza suprema y alegría intrínseca basada en la fidelidad de Dios.
En lo cual Él es, y en su indulgencia, el pensar en su persona da al creyente la estabilidad de que Dios constantemente está en control.
Dios sigue ahí a lo largo de cualquier adversidad, y de que sin que importe las situaciones continuamente tiene suficientes motivos para estar agradecido y seguir estando gozoso.
Paz
El siguiente efecto de la existencia del Espíritu Santo en la vida del creyente es la “Paz”.
Ahora bien, esta es una cualidad que tampoco está sujeta a las situaciones, es una tranquilidad distinto a la que da el planeta, de la misma forma que lo señalase Jesús a medida que anduvo entre nosotros mismos.
Es una tranquilidad sólo dada por Dios por medio del Espíritu Santo, una tranquilidad que está basada en la fidelidad de su amor y cuidado de la misma forma que lo expresase además el apóstol Pablo Filipenses 4:7.
Es una tranquilidad que sobrepasa todo conocimiento capaz de retener fielmente nuestros propios corazones y pensamientos en Dios.
Una tranquilidad que es producto de una contemplación constante de nuestras propias situaciones a partir del punto de vista de Dios y no del punto de vista humana.
Paciencia
La “Paciencia”, la cual involucra la función de padecer situaciones adversas esperando con paz, de una forma voluntaria, y no por mera necesidad.
Sin murmurar ni quejarse, sino con plena confianza de que Dios está obrando entre las situaciones, y de que él sabe lo cual está realizando y lo cual es mejor para todos sus hijos según su objetivo.
La paciencia que da el Espíritu Santo se inspira claramente en conservar la confianza de saber que todo nos ayuda a bien.
Longanimidad
Conforme con la ideología cristiana plasmada en los textos bíblicos, la longanimidad pertenece a los frutos del Espíritu Santo.
Implica la paciencia, la entereza y la fortaleza de ánimo para hacer frente a las adversidades, provocaciones o pruebas a que somos expuestos durante nuestras propias vidas.
En la longanimidad está implícita la confianza en el Mr. y sus designios, la fe en que, a pesar de los instantes difíciles que podamos atravesar, a las amarguras o problemas, y a nuestras flaquezas como seres vivos, debemos persistir, ser ecuánimes y tener fe en el proyecto de Dios.
Benignidad
La “Benignidad”, y expresa la condescendencia del juez divino frente a una situación que demanda juicio, en nosotros mismos, viene a ser la función de ser misericordioso, todavía con esos que han cometido cualquier agravio en nuestra contra.
Es conseguir ser bueno y buscar el bien en particular de quienes al parecer no merecen tal indulgencia.
La Amabilidad
El vocabulario explica la amabilidad como la característica de ser bueno, la bienquerencia a labrar acertadamente y a una conducta virtuosa, está estrechamente ligada a la benignidad, pues es en términos fáciles su aplicación constante.
La bondad es puesto que una cualidad imprescindible de los cristianos que caminan en el espíritu de Dios y son guiados por él.
Mansedumbre
La biblia habla de que la mansedumbre hace cesar gigantes ofensas en Eclesiastés 10:4, la mansedumbre, es puesto que la capacidad particular que tiene una persona para modelar la furia y sus efectos desordenados en sí mismo y en el ámbito.
Es decir es una manera inteligente de evadir todo resentimiento o acción violenta por la conducta de otros, o por cualquier situación desagradable.
Dejando de lado la irritabilidad y la venganza, para ofrecer sitio a una reacción más asertiva, y conforme con el instante vivido, en el sermón del cerro Jesús habla de que los mansos son afortunados, ya que ellos recibirán la tierra como heredad (Mateo 5:5).
Fidelidad
La fidelidad es una manifestación de un amor auténtico. Es el fruto del espíritu Santo que nos hace constantes y perseverantes en el amor hacia Dios y hacia los demás.
La fidelidad refuerza nuestra voluntad en consumar el bien y dar a conocer la luz y el calor.
Jesús constantemente le exige a Luisa que Le sea fiel, le explica el bien que genera ser fiel y cuidadoso y confirma que la fidelidad y la atención generan el equilibrio de los humores en el alma.
También conforman un solo humor y establecen el bienestar perfecta que hace la criatura dominadora, de forma que realice lo cual desee y llegue donde desee.
Jesús sigue diciéndole que a quien habita en Su Querer pasa lo mismo que al sol, que jamás cambia, su acto es uno solo:
Irradiar de su esfera luz y calor; no hace una cosa hoy y algo distinto mañana, constantemente es fiel y constante en hacer la misma cosa.
Sin embargo, a medida que su acto es uno, tan rápido como este acto baja y bate el área de la tierra, de esta forma suceden varios actos diferentes, incontables.
Modestia
La modestia regula los movimientos corporales, los gestos y los vocablos.
Como fruto del Espíritu Santo, todo lo mencionado lo hace sin trabajo y como naturalmente.
Además dispone todos los movimientos interiores del alma, como en la existencia de Dios.
Nuestro espíritu, ligero e intranquilo, está continuamente revoloteando par todos lados, apegándose a todo tipo de objetos y charlando sin cesar.
La modestia lo detiene, lo modera y deja al alma en una intensa tranquilidad, que la dispone para ser la mansión y el reino de Dios:
El don de presencia de Dios.
La existencia de Dios es una gigantesca luz que hace al alma verse delante de Dios y percibir de todos sus movimientos interiores y de todo lo que sucede en ella con más claridad.
La modestia nos es del todo elemental, ya que la inmodestia, que en sí parece escasa cosa, sin embargo es bastante destacable en sus secuelas y no es pequeña señal en un espíritu poco religioso.
Continencia
La continencia conserva el orden en el interior de las personas, y como sugiere su nombre, tiene en los justos parámetros la concupiscencia.
No únicamente en lo cual atañe a los placeres sensuales, sino además en lo cual concierne al ingerir, al tomar, al reposar, al divertirse y en los demás placeres de la vida material.
La satisfacción de todos dichos instintos que asemejan al hombre a los animales, es ordenada por la continencia que tiene como objetivo energía, el amor a Dios.
Castidad
Castidad es la moralidad que excluye o modera el apetito y las prácticas sexuales.
Es un modo de la moralidad de la templanza, que controla de acuerdo con la tendencia correcta el anhelo y el uso de aquellas cosas que aportan los mayores placeres sensuales.
La castidad, va de la mano con la continencia y la sobriedad.
Pues, de la misma forma que esta por última los placeres de grado nutricio se ven rectamente regulados, por la castidad la glotonería es condicionada adecuadamente.
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