Empecemos por dar una Definición de los actos humanos aquél el hombre realiza de modo consciente y libre, ayudado por sus facultades de inteligencia, libertad y voluntad; y dicho esto queremos que conozcas también su clasificación y por qué no una conclusión un tanto personal, todo ello lo podrás conocer en el desarrollo de este artículo que hemos preparado con el ánimo de invitarte a profundizar en los actos humanos e incrementar tu capacidad para juzgar tus tuyos propios, así como mejorar los de otros seres queridos con amabilidad y sabiduría.
TABLA DE CONTENIDO
Qué se conoce cómo actos humanos
El acto humano es el obrar propio del hombre que puede ser objeto de algún tipo de valoración moral.
El mismo tiene un componente interno y otro externo que llevan al sujeto a actuar por su propia voluntad, a instancias del entendimiento y una previa deliberación.
Es entonces un comportamiento realizado por una persona en un contexto determinado con miras a satisfacer algún tipo de bien de perfección humana.
En toda acción habrá un motivo (o varios) o intención a veces difícil de precisar incluso para el mismo que la realiza. Pero responde a la necesidad de obrar de acuerdo con un objeto que puede ser perjudicial o ajustarse a los principios y valores estatuidos por la sociedad en la que se vive.
Las del acto pueden ser de tipo jurídico, psicológico, moral, o todas juntas.
Cuáles son las actitudes de los humanos
Serían casi infinitas las actitudes humanas, entre las que podemos mencionar:
- La bondad.
- Solidaridad.
- La lujuria.
- La vanidad.
- El espíritu de competencia.
- La envidia.
- La concupiscencia.
- El dolo.
- La corrupción.
- La falta de templanza.
Entre otras que pueden acercarse a uno de los polos de las virtudes positivas, o negativas.
De modo que las actitudes con las cuales abordamos la existencia son de importancia vital a la hora de motivar, incrementar la energía personal o pueden convertirse en graves obstáculos que trunquen nuestras metas y nos desaniman o decaen los deseos de emprender los planes.
Las actitudes pueden ser de dos tipos: positivas y negativas.
Por un lado, las positivas son completamente aceptadas y generan un bien, mientras que las actitudes negativas generalmente hacen daño a las personas. Ello es inevitable, pues como seres sociables siempre nos estamos relacionando con los demás y con base en ello expresamos diferentes actitudes, en determinados contextos de tiempo, lugar, características del entorno, situaciones, u otras que propician la valoración positiva o negativa.
Requisitos del acto humano
Los actos humanos requieren cumplir con un requisito para poder ser considerados como tal:
- Conocimiento: es una condición necesaria porque para querer algo hay que conocerlo, y no podemos quererlo libremente si no somos conscientes de ello.
Tal conocimiento incluye estos puntos:
- La advertencia: es la atención de la mente al acto que se realiza.
- La deliberación: es la valoración acerca de si el acto es conveniente o no.
- El imperio de la voluntad: se refiere a la determinación de querer algo.
No se requiere, claro está, un conocimiento exhaustivo o completo que en la práctica resulta imposible, sino que es necesario y suficiente con que la persona esté advertido del acto que va a realizar y de su conveniencia o no: es el modo en que puede ser dueño de ese acto.
Cuál es la división de los actos humanos
Ya vimos que en general los actos humanos pueden ser divididos en positivos o negativos, según produzcan un bien para todos o un mal común.
También es posible clasificarlas como actos virtuosos y defectos.
Se dice que los seres humanos manifiestan actos negativos o defectos cuando recurren al individualismo, la envidia, la mentira, la entrega al vicio de las drogas, el licor, porque ello degrada la convivencia social y la salud.
En cambio sus actos son positivos o virtudes si actúa con altruismo, amor, solidaridad, entre otras probidades humanas.
Cuáles son las características de los actos humanos
Con miras a referirnos a los actos humanos que merecen algún tipo de valoración, digamos que la Ética es la rama de la Filosofía que trata sobre la teoría de los valores, mientras que la moral es la parte práctica.
Ambas aluden a la acción humana, que al presentar ciertas condiciones se transforma en un acto moral.
Luego, añadimos que todo acto moral tiene tres aspectos esenciales que lo caracterizan:
- El Objeto del acto.
- Las Circunstancias que lo rodean.
- La Finalidad o meta del acto.
Por supuesto, actuar moralmente es más un asunto de buena voluntad que de teorías más propias de académicos.
Lo que se requiere es adquirir desde temprana edad un carácter y una actitud de inclinación permanente hacia los actos buenos mediante una crianza correcta en la familia y los efectos de la educación.
Cuál es la clasificación de los actos humanos
Los actos humanos pueden ser de tres tipos fundamentales:
- Las acciones moralmente buenas
Son todas las que confluyen a la perfección de la persona que las realiza, o a la formación de su carácter moral: hacer el bien a los otros, ser veraz, honesto, justo, responsable, entre otros.
- Las acciones que generan un mal moral
Se entiende como tal una forma de desviación de la voluntad humana, mediante la cual se violan las reglas o principios del orden moral y los resultados que dejan sus acciones.
Cuando dicho actuar procede especialmente de la ignorancia, no se considerará como un mal moral, sino como un acto fallido de la voluntad.
- Las acciones humanas indiferentes en abstracto
Son aquellas acciones que por su objeto específico así como su naturaleza intrínseca no son buenas ni malas.
El motivo es que, considerados en abstracto, los actos humanos adquieren su moralidad solamente de su propio objeto concreto, sin tener en cuenta para nada el fin de las circunstancias que los rodean, que son propiamente elementos concretos.
Por ello es incorrecto juzgar acerca de la moralidad de los actos humanos considerando solamente la intención que los anima o las circunstancias de ambiente, presión social, coacción, necesidad de obrar u otros que son su marco, puesto que muchos de ellos son de por sí y en sí mismos ilícitos, independientemente de las circunstancias y de las intenciones.
Pero sin embargo no es moralmente aceptable obrar el mal para obtener un bien puramente personal, puesto que su fin perjudica a otro(s) y de antemano ya lo sabemos, así por ejemplo, el engaño, el perjurio, el asesinato y la infidelidad matrimonial son actos humanos malos.
La moralidad de los actos humanos
Un acto se dice que es moral cuando en él se implican uno o más valores que tienen como fin incrementar o promover la “vida buena”, en lugar de la “buena vida”.
La moralidad de un acto depende principalmente de su objeto: si este es malo, el acto será necesariamente malo y si es bueno, será igualmente bueno, si también lo son las circunstancias y la finalidad.
Así por ejemplo, nunca será moralmente plausible calumniar, por más que las circunstancias o la finalidad sean muy buenas.
Entonces para que un acto sea moralmente bueno se requiere cierto conocimiento de los elementos que lo integran (objeto, intención y circunstancias) pero para que, al contrario, sea malo, basta con que alguno de sus elementos varíe.
Cuáles son los obstáculos de los actos humanos
Los filósofos suelen hablar de la voluntad como la fuerza interior que posee cada individuo para comprometerse con ciertas conductas que se consideran apropiadas o correctas.
Ahora bien, entre los obstáculos que pueden dañar la libre elección de la voluntad se pueden mencionar:
- El miedo.
- Las pasiones.
- La violencia.
- Los hábitos inapropiados para formar el carácter.
Diversos factores pueden malograr el carácter y la personalidad de un sujeto: personales, familiares, sociales e institucionales.
Dificultades en cuanto a la voluntad
Los seres humanos pueden encontrarse con innumerables obstáculos a la voluntad derivados de una deficiente formación de su personalidad que lo conduce a la apatía, la indiferencia, el miedo, la ignorancia, u otros factores de su entorno que le impiden deliberar correctamente a la hora de tomar ciertas decisiones o acometer sus fines.
De modo que la voluntad de hacer el bien también puede ser la misma de hacer el mal, entonces va a depender de la persona qué actitud toma ante la situación que se le presenta.
Conclusión
En medio de la crisis que vive la sociedad actual, es necesario el estudio de la moralidad para comprender tanto la naturaleza de las acciones humanas como lo que conforma su finalidad.
No es poca cosa saber que esos actos representan el modo en que nos desenvolvemos para dar sentido a nuestra vida, y cada acto siempre está preñado de pasado, de presente y de futuro.
Por ello la valoración de los actos de acuerdo con las normas u orígenes de lo moral hay que sopesarlas a partir de la idea de que el bien consiste en hacer lo que contribuye a la plenitud humana y el mal todo lo que obstaculiza dicho fin.
Es iluso pretender despedirse para siempre de la moral o querer dar el salto al vacío de estar más allá del bien y del mal.
Nadie puede desprenderse de su propia huella. Somos demasiado humanos. La muerte de Dios lo que trajo fue a otros fetiches como el dinero, la ostentación, la vanidad, la envidia, la violencia y el crimen para tener dinero a toda costa.
Planteémonos entonces qué estamos haciendo como humanos, qué actos humanos buenos y malos estamos haciendo y qué consecuencias ha traído ello a la humanidad.
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