Conoce si masturbarse es pecado: Qué dice la Iglesia sobre la masturbación y cuál es la afectación psicológica

La masturbación es un fenómeno frecuente estadísticamente, y desde la visión científica esta dice que es normal. La masturbación intenta satisfacer así estímulos sexuales por lo que suele tener el significado de expresión sustitutiva. Es una acción en la cual un individuo para conseguir placer sexual, estimula sus órganos genitales alcanzando o no un orgasmo. La masturbación, en hombres y mujeres de todas las edades es una práctica  muy común, y juega un papel significativo en el desarrollo sexual saludable.

Ahora bien, la masturbación ha sido históricamente considerada un comportamiento tabú por muchas personas. La religión cristiana la califica de inapropiada por apartarse del objetivo esencial de la sexualidad humana que es la procreación. La masturbación fomenta una catarata de emociones y sentimientos que pueden generar desde culpabilidad hasta rechazo así como satisfacción y placer.

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¿Masturbarse es pecado?

La Iglesia Católica plantea que la masturbación es la excitación voluntaria de los órganos genitales con el fin de obtener un placer erótico, incluso sin alcanzar el orgasmo.
Sin embargo, en la Biblia no hay referencias específicas acerca de la masturbación y tampoco hay orientaciones precisas sobre el tema para los creyentes. La mayoría de los cristianos están de acuerdo en que el sexo fue concebido por Dios para ser beneficioso y saludable y es un aspecto primordial en el matrimonio. No obstante, nada dice sobre como ejercer el auto-placer sexual antes y durante el matrimonio.

El cristianismo, en su larga historia, ha considerado  a la masturbación como pecaminosa. En efecto, la anticoncepción eran considerada pecaminosa hasta 1930, por supuesto, esto incluía todos aquellos actos sexuales en los que la reproducción no fuese posible. Ahora bien,  ¿cómo la iglesia católica determina entonces que la masturbación constituye un pecado?

A pesar de que la Biblia habla sobre el sexo en diversos pasajes,  una lectura del libro El Cantar de los Cantares señala que  el sexo fue creado para la intimidad, el compañerismo y la satisfacción mutua dentro del matrimonio, además de la procreación. Dios es por estos propósitos, que reúne a las parejas como seres sexuales creados uno para el otro en amor. Nada se dice en relación al autoplacer sexual. En la Biblia queda sobre entendido que las prácticas sexuales son para practicarlas  en parejas. Quizás sea esto lo que hace que el cristianismo condene a la masturbación.

¿Es posible entonces la masturbación dentro de una relación amorosa? Linda Dillow y Lorraine Pintus en su libro Intimate Issues, concluyen que Dios es el único que puede aclarar el hecho de que las Escrituras sean silenciosas en este tema.

Qué dice la Iglesia sobre la masturbación

La Iglesia Católica considera la masturbación como una acción intrínseca y gravemente desordenada. Sea cual fuere el motivo que lo determine,  la utilización deliberada de las habilidades sexuales fuera de las relaciones conyugales normales contradice su finalidad.

En caso de que la relación sexual responda a un orientación moral, esta buscara el goce moral. Ahora bien, para expresar un juicio objetivo acerca de la responsabilidad moral de los sujetos en razón de orientar la acción pastoral, debe tenerse en cuenta la inmadurez afectiva, la fuerza de los hábitos asumidos, el estado de ansiedad y angustia u otros factores psíquicos o sociales que pudiesen aminorar o tal vez reducir al mínimo la culpabilidad moral. Veamos entonces a continuación las siguientes consideraciones en relación con el origen de la masturbación:

  1. Si de comprender su cuerpo se trata, en los varones, después de presentarse la efusividad nocturna, psicológicamente no pasara nada, ya que es por corto tiempo. Es decir, tales actos son empujados por la misma adolescencia e impulso sexual.
  2. Por factores inductores, la ansiedad, el estrés, la presión, el exceso de estímulos visuales, o pérdida afectiva. Así como la influencia del ambiente social y de los compañeros, los libros, revistas, películas, espectáculos e informaciones sexuales que les llega por todos lados.
  3. La angustia y el escaso conocimiento de su propio decoro: es decir, privaciones afectivas, las frustraciones escolares, el intento de evitar la soledad y, probablemente el egoísmo.
  4. Trastorno psicológico: la masturbación es el síntoma y no el problema. Similar a las parafilias, en las cuales el factor predominante es el placer sexual.

De acuerdo a lo planteado anteriormente, se puede concluir (la iglesia católica), que la masturbación es un pecado en sí y un deterioro moral grave. Es indudable que en la evolución sexual del hombre, específicamente en la pubertad, un conjunto de influencias de orden físico y psicológico juegan un papel complejo en las fortalezas sexuales de la persona, que en ocasiones pueden afectar seriamente a la exhortación y a la voluntariedad del acto.

Afectación psicológica por la masturbación

Para Sigmund Freud, padre del Psicoanálisis,  la masturbación es una adicción primordial y el resto de las adicciones son procedentes de ésta como una variedad de sustitución en correspondencia con el autoerotismo. Freud menciona dos eventos en la masturbación: uno es la remembranza de fantasía y el otro son los movimientos mecánicos, en otras palabras, son aquellos pensamientos, reflexiones, abstracciones, introspecciones y movimientos que producen la excitación y el punto de satisfacción sexual, no hay masturbación sin fantasía o movimientos.

Desde la perspectiva médica, la masturbación no tiene consecuencias físicas, sin embargo, algunas de las personas que la practican presentan angustia o ansiedad y se ha demostrado que pueden generarse algunos síntomas o malestares que sí tienen derivaciones físicas, como la eyaculación precoz, impotencia o frigidez, entre otros.

Si la persona se masturba frecuentemente, puede forjarse en el individuo una sexualidad egocéntrica, disminuyendo la necesidad para salir al exterior, es decir, va perdiendo facultades para establecer relaciones y para el diálogo. Se le llama también vicio solitario. Cuando se adquiere este vicio como habito puede llegar a ser esclavizante.

Algunos psicólogos plantean que la masturbación puede convertirse en una costumbre, con consecuencias como la derivación  en un estadio de narcisismo, excesiva genitalización del sexo o ser utilizado como mecanismo de evasión. Es necesario aclarar que es una acción desordenada, ya que al ser un acto individual y egocéntrico que no se corresponden con las características de la sexualidad humana.

La masturbación, puede producir muy probablemente individuos confinados sobre sí mismos, deterioro del carácter, conllevar a la distracción espiritual, inestabilidad, desidia, complejo de culpa, sentimientos de derrota y quebranta la voluntad. Puede conllevar incluso a una obsesión erótica, al estar constantemente pensando y deseando tener actividad sexual, el individuo se va cargando de un desagradable sentimiento de insatisfacción y de vacío; además, es una persona cada vez más encerrada en sí misma y con una sensación de incapacidad para contener sus inclinaciones sensuales.

Causas de la impureza

La impureza se fundamenta en el abuso de las habilidades y capacidades sexuales, es decir, el pecado no se encuentra en el regocijo sexual como tal, sino en desearlo arbitrariamente  y fuera de los parámetros establecidos para el matrimonio por el Creador (Dios).

Los orígenes de la impureza espiritual se encuentran en el Pentateuco de la Biblia judía, específicamente, en los capítulos once al quince del libro del Levítico, que luego se conocieron como la ley de pureza legal, y que se instituyeron como la expresión de la voluntad de Dios para su pueblo. Esta ley de pureza se describe en cinco estados diferentes:

  1. Alejarse de animales o personas muertas y/o enfermas. Quien se atreva a tocar un cadáver, huesos o tierra de alguna sepultura perderá su pureza. La lepra, la ceguera y la cojera son enfermedades contaminantes causantes de impureza legal.
  2. Los flujos sexuales del varón o la menstruación de la mujer eran causantes de impureza.
  3. La contaminación que proviene del mundo pagano. Prohibición de acercarse a todo aquel contaminado con alguna de las impurezas citadas anteriormente.
  4. El descanso sabático. El sábado está prohibido realizar trabajos.
  5. Las prescripciones dietéticas.

La impureza por lo tanto, según las “leyes sagradas” es producida básicamente por tres flujos o líquidos expulsados por el cuerpo humano:

  1. El semen,
  2. La sangre (por menstruación natural o por aborto, emanada por vía vaginal),
  3. La leche materna.

La Biblia instruye que la impureza es una etapa predeterminada para los seres humanos. Al nacer todos somos pecadores y debemos ser purificados si queremos conocer a Dios. Ahora bien, cuando profundizamos acerca de la impureza, de inmediato lo asociamos con el pecado sexual. La sexualidad está ciertamente relacionada con inmoralidad e incluida en la idea de impureza de la Biblia.

Sin embargo, la impureza incluye objetivamente a todo tipo de pecado y abarca a cualquier tarea, pensamiento, palabra o movimiento que no se ajuste a la voluntad de Dios para nuestras vidas. Dios nos pide vivir una vida santa, no a ser impuros.

Efectos del vicio de la impureza

  • El pecado de la impureza arrastra consigo la tentación de la difamación, del robo, el odio y el engreimiento.
  • Pecados como la blasfemia, la traición y el homicidio, despiertan el horror en los que son testigos, pero estimula a otros a cometerlos, o por lo menos, para cometerlos con menos atrocidad.
  • Todos los vicios producen confusión en el entendimiento, pero en la impureza se produce en mayor grado. La fornicación, el vino y la embriaguez, inhiben el entendimiento. El Vino nos priva de entendimiento y de la racionalidad; con la impureza sucede lo mismo.
  • El vicio de la impureza lleva consigo también el de la obcecación u obstinación. Para vencer las tentaciones, especialmente contra la castidad, es necesaria la oración continua.
  • Cuando se produce un mal pensamiento, es necesario librarse de él de inmediato.

Cómo vencer el vicio de la impureza

La protección para la castidad es la oración. Cuando una incitación contra la castidad se presenta, el remedio esta en solicitar inmediatamente ayuda a Dios y repetir los nombres sagrados de Jesús y María varias veces, los cuales tienen la virtud especial de alejar los pensamientos de este tipo.

En cuanto a  aquellos que huyen de los momentos de pecar, deberan abstenerse de mirar con malicia mediante un sistema de retención en los ojos y  evitar las conversaciones frívolas.

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