¿Tienes días difíciles en el trabajo? ¿No sientes bien al despertar y realizar tus labores? En ocasiones orar ayuda mucho en estos casos. El día de hoy te mostraremos algunas oraciones para iniciar tu día de trabajo con bueno ánimos.
TABLA DE CONTENIDO
Qué es una oración
La oración, es un concepto religioso en el que una persona cree que a través de los rituales, las deidades, los santos o cualquier miembro perteneciente a su religión son llamados, e incluso considerados, sagrados.
Los pasos, características y objetos de oración se basan en las creencias de la persona que realiza esta actividad.
El Poder de la oración
El poder de orar va aquellas personas por la cual lo hacemos. Dios tiene todo el poder, realizar este acto de fe es un conducto para su poder.
Una claro ejemplo de ellos es una lámpara, este aparato no tiene el poder, aunque nuestra luz. El cable no tiene el poder, es solo el conducto. Con esto queremos referirnos que la oración es un conducto a dicho fuerza.
Oración para iniciar el día en el trabajo
Amado Dios, hoy elevo a ti esta sentencia de la mañana para bendecir el trabajo en la cual deseo primeramente agradecer tu bondad.
Gracias ya que de nuevo puedo despertar
y disfrutar de un monumental trabajo donde puedo ganarme el soporte diario.
Gracias ya que aun a lo largo de los esfuerzos
, tu mano me ha sostenido
y ha evitado que deje mi trabajo.
Por esa razón hoy, justo antecedente de comenzar una nueva jornada,
te pido que bendigas mis manos y todo mi ser.
Que seas tú, oh Dios quien dirija todas mis ocupaciones para lograr hacer una tarea limpia y perfecta.
Te pido que me des paciencia ante las situaciones difíciles que logren manifestarse en mi día de trabajo,
y además que me des amor y mansedumbre para encarar a las adversidades del día.
Guárdame de cualquier riesgo que desee atentar contra mi vida,
líbrame de accidentes o de malos comprendidos con mis similares.
Sin embargo por sobre cada una de las cosas,
te pido que en este día se cumpla
Tu voluntad pues sé que tus planes son perfectos y todo lo cual suceda hoy va a ser para mi bien.
Te lo pido en el nombre de Jesús.
Amén.
Quiénes pueden realizar la oración
No existe un escrito obligatorio donde señale quienes son las personas las que pueden pedir o no. Esto aclara que cualquiera que desea tener una revelación a la hora de leer las palabras de Dios lo puede hacer.
Desde lo más grandes historiadores, estudiosos, indagadores, hasta las personas más común, tiene el poder de realizar la oraciones.
A quién va dirigida esta oración
No únicamente hablamos de hacer frase, sino de saber a quién nos dirigimos y por qué lo hacemos. Una vez que hacemos frase ¿A quién la hacemos? Estrictamente la sentencia tenemos la posibilidad de dirigirla a Dios en su Santísima Trinidad, a la Virgen y tenemos la posibilidad de solicitar la intercesión de los santos y a los ángeles para que presenten nuestras propias oraciones al señor.
Nuestras propias oraciones tienen que ser dirigidas a Dios, Trino y Uno. A Dios Papá le dirigimos nuestra sentencia, sin embargo como lo instituye con claridad el Catecismo de el templo católico «No hay otro camino de frase cristiana que Cristo. Sea comunitaria o personal, vocal o interior, nuestra frase no posee ingreso al Papá más que si oramos «en el Nombre» de Jesús. La santa humanidad de Jesús es, puesto que, el camino por el cual el Espíritu Santo nos muestra a rezar a Dios nuestro Papá.
»(CEC 2664) Y sin lugar a dudas, el motor importante de la frase es el Espíritu Santo, puesto que siguiendo nuevamente al Catecismo «»Nadie puede mencionar: «¡Jesús es Señor!», sino por influjo del Espíritu Santo» [1Co 12,3 .]. Cada vez que en la sentencia nos dirigimos a Jesús, es el Espíritu Santo quien, con su gracia preveniente, nos interesa al camino de la frase.
Pues El nos muestra a rezar recordándonos a Cristo, ¿cómo no dirigirnos además a él orando? Por esa razón, el templo nos invita a implorar cada día al Espíritu Santo, en especial al empezar y al concluir cualquier acción fundamental.
Si el Espíritu no debería ser adorado, ¿cómo me diviniza él por el bautismo? Y si debería ser adorado, ¿no debería ser objeto de un culto particular?. [San Gregorio Nacianceno]» (CEC 2670) «La forma clásico para solicitar el Espíritu es invocar al Papá mediante Cristo nuestro Mr., para que nos dé el Espíritu Consolador. Jesús insiste en esta súplica en su Nombre en el instante mismo en que promete el don del Espíritu de Verdad. Empero la frase más fácil y la más directa es además la más clásico:
«Ven, Espíritu Santo», y cada tradición litúrgica la ha desarrollado en antífonas e himnos: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. [Misal Romano] Monarca celeste, Espíritu Consolador, Espíritu de Verdad, que estás presente en cada una de piezas y lo llenas todo, tesoro de todo bien y fuente de la vida, ven, vive en nosotros mismos, purifícanos y sálvanos, Tú que eres bueno. [Liturgia]» (CEC 2671) «El Espíritu Santo, cuya unción impregna todo nuestro ser, es el Maestro interior de la frase cristiana. Es el artífice de la tradición viva de la sentencia.
Ciertamente hay muchos senderos en la sentencia como orantes, sin embargo es el mismo Espíritu el que actúa en todos y con todos. En la comunión en el Espíritu Santo la frase cristiana es sentencia en el santuario.» (CEC 2672) Como hemos podido ver, en nuestra sentencia la Santísima Trinidad está presente: en el Papá, a quien dirigimos nuestros propios ruegos, en Jesucristo que como puerta del cielo (Jn 10,9) es el camino, la realidad y la vida (Jn 14,6) y nadie va al Papá si no es por Jesús; en nuestra sentencia está presente el Espíritu Santo quien con su gracia nos interesa al camino de sentencia (CEC 2670).
Sin embargo no nos olvidemos de que nuestras propias demandas además tienen la posibilidad de ser dirigidas a la Santísima Virgen, a los ángeles o a los Santos para que intercedan por nosotros mismos y como mediadores acudan al Papá para pedirle por nosotros mismos lo cual requerimos. Para nuestra sentencia, tenemos la posibilidad de ir de la mano de la Virgen, Mamá de Dios y Mamá nuestra. No olvidemos que el Magisterio de el santuario nos presenta que «María es la orante perfecta, figura de el santuario. Una vez que le rezamos, nos adherimos con ella al designio del Papá, que envía a su Hijo para rescatar a todos los hombres.
Como el discípulo amado, acogemos en nuestra intimidad a la Mamá de Jesús, que se convirtió en la Mamá de todos los vivientes. Tenemos la posibilidad de rezar con ella y orarle a ella. La frase de el santuario está como apoyada en la frase de María. Y con ella está unida en la esperanza.» (CEC 2679) Referente a los santos, debemos saber precisamente que «Los testigos que nos han precedido en el Reino, en especial los que el santuario reconoce como «santos», participan en la tradición viva de la frase, por la declaración de sus vidas, por la transmisión de sus escritos y por su sentencia hoy. Contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de proteger de esos que han quedado en la tierra. Al entrar «en la alegría» de su Mr., fueron «constituidos sobre lo mucho». Su intercesión es su máximo servicio al proyecto de Dios.
Tenemos la posibilidad de y debemos rogarles que intercedan por nosotros mismos y por el planeta completo.» (CEC 2683) «La intercesión de los santos. «Por el realizado de que los del cielo permanecen más íntimamente juntos con Cristo, consolidan más firmemente a toda el santuario en la santidad… no dejan de interceder por nosotros mismos frente a el Papá. Muestran por medio del exclusivo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra… Su solicitud fraterna ayuda, puesto que, mucho a nuestra debilidad»: No lloréis, os seré más eficaz luego de mi muerte y os ayudaré más eficazmente que a lo largo de mi vida. [Santo Domingo de Guzmán] Pasaré mi cielo realizando el bien sobre la tierra.
[Santa Teresita del Infante Jesús]» (CEC 956) Es bastante común el tener devoción a los santos y solicitar su intercesión en nuestras propias necesidades. Un caso muestra es solicitar a Santa Rita en inconvenientes bastante graves, a San José para tener un trabajo, a San Francisco de Asís para rogar por la humildad. Referente a los ángeles, acudamos al Antiguo Testamento. En del libro de Tobías tenemos la posibilidad de ver cómo el Arcángel San Rafel ofrece hacer frase: «…Buena es la oración»(Tb 14, 9) y le dice al papá de Tobías «Cuando tú y Sarra hacíais sentencia, era yo el que presentaba y leía frente a la Gloria del Mr. el memorial de vuestras demandas.» (Tb 14, 12) De esta forma que nos es mala iniciativa dirigirnos a nuestros propios ángeles custodios, o al mismo san Rafael, Arcángel, para situar en sus manos nuestra frase y pedirle que las presente y lea frente a la Gloria del señor.Los ángeles son importantes auxiliares en nuestra frase, puesto que su funcionalidad importante es la de ser mensajeros. Recordemos, tras pensar en lo leído, que la frase tenemos la posibilidad de dirigirla a Dios en su Santísima Trinidad, a la Virgen para pedirle que ruegue; tenemos la posibilidad de solicitar la intercesión de los santos y a los ángeles para que presenten nuestras propias oraciones al señor.
Por qué debemos hacerla
La oración tiene varios propósitos, uno de ellos es fortalece nuestra relación con Dios, orar no significa arrojar monedas en una fuente de deseos, significa alabar, adorar, comunicarse, escuchar y estar con dios.
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¡ÉXITO EN SU TRÁMITE!